Nube de etiquetas

actitud Africa África Agricultura Alemania Alfonso Reyes América amor antidepresivo Arabia Argentina arte Asia Astronomía Blake Borges Brazil Bush CAINTRA cambio climático Canada canción Cardenal censura Centroamerica Chiapas Chile China chistes cinismo Clima Colombia corrupción Cristo Cuba cuentos cultura depresión Diógenes discriminación dolor Durango ecología Economía Édith Piaf Eduardo Galeano educación emigrantes esclavitud escritura España Español Esperanto Estados Unidos estereotipos estrategia Europa exilio Facebook Facundo Cabral familia Felipe filosofía Francia Gandhi Gates Geografía gobierno Google Grecia griego guerra hábitos Hernando de Alvarado Tezozómoc higiene hijo historia Holanda iglesia impuestos India ingenieros Inglaterra internet Irak Iran Irlanda Israel Italia ITESM Izcoatl JALIL GIBRÁN Japón Jesús Jordania José López Alavés José Martí José Vasconcelos Calderón Joseito Fernandez karate latin lenguaje Leonardo da Vinci ley Libano libertad literatura Machado Maiz Manu Chao Manuel Bernal Marcos Mario Benedetti Mario Vargas Llosa matemática maya medio ambiente mexica México Mictlan Miguel Hernández Miguel León Portilla Mistral mito Mixteca Monterrey muerte música náhuatl Nahuatlaca narcotrafico NASA naturaleza Nervo Nezahualcóyotl Nicaragua Nuevo León Oaxaca Ortografía Otomí Pablo Neruda Palestina Paraguay paz PEDAGOGÍA Persia Perú podcast poder poesía política propaganda Puebla Puerto Rico racismo religión rezo Robert Frost Rodolfo Usigli Roma rusia Sally Davies salud Salvador Novo seguridad Serrat sexo Shakespeare Silvio sistemas Sonora Suiza surrealismo Tamaulipas tecnología Teōtihuácān terrorismo Theodore Roosevelt tolteca Turquia Uruguay Venezuela ventas Veracruz Vermeer vida video violencia Washington Olivetto woods Yahoo

jueves, 23 de febrero de 2012

la visión de los vencidos

Todo esto pasó con nosotros,
nosotros lo vimos,
nosotros tuvimos que admirarlo.
Con esta lamentosa y triste suerte
nos vimos angustiados.
En los caminos yacen dardos rotos,
los cabellos están esparcidos.
Destechadas quedan las casas,
enrojecidos tienen sus muros...
Golpeábamos en tanto los muros de adobe
y fue nuestra herencia una red de agujeros.
Con escudos fue resguardado.
Pero nuestra soledad
ni con escudos pudo ya sostenerse.

Dejadnos pues ya morir,
dejadnos ya perecer,
puesto que ya nuestros dioses han muerto...
Y ahora, nosotros,
¿destruiremos la antigua forma de vida,
la de los chichimecas, toltecas,
acolhuas y tecpanecas?
Oíd, señores nuestros, no hagáis algo a nuestro pueblo
que le acarree la desgracia, que lo haga perecer.
Es ya bastante que hayamos perdido,
que se nos haya quitado,
que se nos haya impedido, nuestro gobierno.
Si en el mismo lugar permanecemos,
sólo quedaremos cautivos...

No hay comentarios.: