A pesar de que la Virgen de Guadalupe es más conocida como la patrona de las Américas, la historia tiene sus raíces en la provincia de Extremadura, España. Fue aquí que un Español llamado Gil Cordero descubrió una pequeña imagen islámica que se parecía a la Virgen María en el banco de el río Guadalupe, en algún momento a mediados del siglo 13. La imagen de madera tenía la piel de color marrón oscuro y estaba encima de una luna creciente, símbolo del Islam. De hecho, el propio nombre del río "Guadalupe" tenía una Islámica influencia, ya que se deriva de la palabra árabe "guadale" que significa "río", y "lupo", que en latín significa lobo. Tanto la imagen y el nombre del río eran vestigios de la ocupación árabe de España.
El descubrimiento de la Virgen fue visto como una prueba de que la expulsión de los moros habían sido voluntad divina, y su templo rápidamente desarrolló seguidores fieles. En 1338, el rey Alfonso XI ordenó que se construyera un templo en el lugar donde fue encontrada. La imagen llegó a ser conocida como "Nuestra Señora de Guadalupe."
En febrero de 1495, Cristóbal Colón inició la transatlántica trata de esclavos enviando 550 Taínos del recién "descubierto" continente Americano a España. Estas personas eran de la misma complexión que la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, el Rey y la Reina de España declararon a la Virgen como "Protectora de los indios." En 1496, los esclavos americanos fueron llevados al templo de Guadalupe, y bautizados en honor de la Virgen del río de los lobos.
Entre los devotos de la Virgen de Guadalupe estaba Hernán Cortes. Cortés llevaba una imagen de la Virgen como estandarte. En 1519, Cortés invadió el Anahuac, introduciendo la imagen de La Virgen a lo que con el tiempo sería México. El historiador italiano Lorenzo Boturini describió la bandera de la siguiente manera:
"Una bella imagen de la Virgen María fue pintada en ella. La Virgen llevaba una corona de oro y estaba rodeada por 12 estrellas de oro. Tenía las manos juntas en oración, pidiéndole a su hijo para proteger y dar fuerza a los españoles para que pudieran conquistar y cristianizar a los paganos."
La bandera de Cortés sirvió como estandarte "oficial" de los españoles hasta que se estableció el gobierno de la Nueva España. Cortés y sus hombres llevaron a cabo la violación cultural y espiritual de México, destruyendo lugares de estudio y erigiendo iglesias católicas sobre las ruinas de templos americanos. Al rededor de 1520, los españoles destruyeron el templo de Tonantzin en el Tepeyac y en su lugar plantaron un templo glorificando a la Virgen de Guadalupe -Una reproducción del estandarte de Cortés se creó y colgó en su interior.
El 13 de agosto 1521 Mexico-Tenochtitlan cayó ante el asedio de Cortés y sus aliados americanos. El genocidio que siguió destruyo las estructuras religiosas y culturales de mesoamérica. A los americanos se les forzó a convertirse al cristianismo. Cuando el libro del padre Sánchez se publico, la historia del milagro de la aparición de la Virgen de Guadalupe se extendió rápidamente, y creció incrustandose en la conciencia de los mexicanos. La Iglesia en Tepeyac no sería pobre otra vez.
Con el paso de los años, la pintura Marcos Zipactli se deterioro por el moho y la intemperie. En 1751, el arzobispo Rubio comisionó al famoso pintor Miguel Cabrera, un ferviente católico, para retocar la pintura. Con el fin de consolidar la idea de que la imagen era un milagro, Cabrera publicó un libro en 1756. En 1787, José Ignacio Bartolache se encargó de examinar la imagen de la Virgen de Guadalupe. Ayudado por un grupo de pintores especializados, Bartolache descubrió que la imagen había sido muy retocada y estaba cubierta de manchas y que en algunos lugares se estaba desmoronando, debido al efecto de los hongos y la humedad. Además de esto, el grupo llegó a la conclusión de que la divina imagen: Fué el trabajo de más de un artista; No se hizo en tela de maguey, sino en manta de palma fina; Estaba pegada a un marco de madera; Estaba deteriorada.
Bartolache no fue el único que dudó del origen divino de la imagen. En 1883, Joaquín García Icazbalceta fue requerido por el Arzobispo Labastida para investigar el asunto. Después de un intenso y minucioso examen de la tilma, Icazbalceta admitió que la imagen era en realidad un fraude. En su informe al Arzobispo, Icazbalceta declaró que
"Con todo mi corazón, yo esperaba que este milagro, que demostraría ser un gran honor para mi país, resultaría ser cierto, pero no me parece que lo sea. Si nos obligan a creer y proclamar los milagros que han ocurrido, también tenemos prohibido publicar su falsedad".
Después que Izcalbaceta murió, la Iglesia Católica comisiono a un historiador jesuita para refutar lo que Izcalbacet había escrito. El resultado fue el "Álbum histórico de la Virgen de Guadalupe." Entre las "pruebas" presentadas en el álbum, hay varias historias que describen el evento, aunque las fechas no coinciden con los eventos descritos. En 1895 la tilma estaba deteriorada más allá de reparación, y el padre Antonio Plancarte ordenó que se cambiara la pintura por una nueva. En la declaración de Plancarte se puede leer en la edición del 03 de diciembre de 1895 en El Universal. Sin embargo, cuando la nueva imagen se puso en su lugar, los sacerdotes descubrieron que los artistas habían omitido la corona que reposaba en cabeza de la Virgen. La iglesia declaró que la corona había desapareció milagrosamente. Este evento se registró en gran detalle en el libro "Ecos de la Quinta del Olvido", que fue publicado en 1900 por el obispo Sánchez Camacho.
En 1928, la versión sin corona de la imagen fue examinada por el gran pintor y mexicanista, Dr. Atl. El Dr. Atl concluyó de que la imagen no era definitivamente de fibra de maguey como se reclamaba, y pasó a añadir que
"La pintura de Guadalupe es una parodia de su imagen que está en Fuenterrabla España, que a su vez es una parodia de las imágenes bizantinas de la decadencia. La Virgen de Guadalupe es una obra puramente decorativa, ejecutada por un pintor mediocre."
A pesar de toda la documentación histórica (por no hablar de sentido común), que ilustra claramente cómo el engaño Guadalupe fue reiterado, millones de devotos Mexicanos todavía le rezan a su imagen y se dedican a su culto. Pero ¿qué pruebas posibles existen de que la imagen de la Virgen de Guadalupe es un milagro?
El Nikan Mopohua, como se llama a menudo, es un escrito en náhuatl atribuido a Antonio Valeriano, que data de mediados del siglo dieciséis. En primer lugar, el Nikan Mopohua comienza afirmando que Juan Diego se dirigía a la parroquia en Tlatelolco a recibir los sacramentos y encontrar un sacerdote para que confesara a su tío enfermo moribundo. Debe tenerse en cuenta que los sacramentos, como la confesión y la comunión, no se les concedió a los indígenas hasta 1540 - ya que se pensaba que los Mexicanos no eran humanos y posiblemente no tenían almas. Pero no sólo eso,mTlatelolco no tuvo una parroquia hasta 1572. El padre Sahagún en su "Historia general de las cosas de la Nueva España", que fue escrito en Tatelolco, no hace ninguna mención de la aparición de la Vírgenes. No hay un solo documento escrito disponible desde 1531 hasta 1648 que tenga un solo registro de Juan Diego o el supuesto milagro. Historiadores españoles, tales como Bernal Díaz del Castillo, Diego de Durán, Bernardino de Sahagún, Bartolomé de las Casas, Hernán Cortés, e incluso Zumárraga mismo, nunca mencionan la aparición en el Tepeyac.
Otra inconsitencia en el Nican Mophua es que el documento informa de acontecimientos que ocurrieron mucho después de que Antonio Valeriano muriera en 1605. Esto hace que sea imposible que Valeriano haya escrito las cosas con las que ha sido acreditado. Y si esto no fuera suficientemente malo, el documento original Nican Mapohua nunca ha sido demostrado que haya existido en absoluto. La única "prueba" de los documentos originales existentes es una supuesta copia del manuscrito publicado en 1649 por Luis Lasso de la Vega. Pero esta copia, la "Huey Tlanahuikoltika," es nada menos que una traducción al náhuatl del libro escrito por el Padre Miguel Sánchez en 1648.
A pesar de todo, "La Virgen de Guadalupe" sigue siendo uno de los símbolos más reconocibles y venerados de México.
En 1996, Guillermo Schulenberg fue retirado por el Vaticano después de servir como Abad de la Basílica por 33 años. Schulenberg cree que la creación del mito de La Virgen esta justificado, ya que ganó toda una nación para la religión católica, pero su delito fue dudar de la existencia de Juan Diego, y conocer la verdad detrás de "La Virgen."
Titulo original. “The Myth of La Virgen de Guadalupe” Traducido para www.historiaYverdad.org
Bibliografía:
Juicio a España - Xokonoschtlet
Nican Mopohua
Echos de la quinta del olvido - Obispo Sánchez Camacho