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viernes, 2 de agosto de 2019

Crónicas coloradas

Con más curiosidad que esperanza, y sin mucho que abandonar, un día empaque un cambio de ropa y me fui a Colorado, sin más plan que el deseo de levantarme de entre los muertos.

Arn Lobo

Disponible en Amazon.com en formato de libro electrónico hay un pequeño panfleto sobre la indigencia en Denver, Colorado. Este libro, titulado  Crónicas coloradas; Imágenes del desahucio,  escrito por Lobo, fue concebido parte  cuentos, parte narración de viaje, parte poesía. Nos cuenta Lobo que la idea inicial del libro era de hacer una crónica de viaje a Denver, Colorado, pero la decrepitud de lugar se impuso inmediatamente como una estampa del desahucio.

A los mexicanos nos resulta natural ver gente mendigando en la calle, pero ver sombras zarrapastrosas empujando carritos de supermercado, llenos con todas sus pertenencias, por las ciudades del imperio resulta pintorescamente surrealista. 

En el albor del tercer milenio, la polarización social y la concentración de la riqueza es evidente en los Estados Unidos. Aunque en México todavía se tiene la imagen de que la pobreza a la gringa es hiperbólica, la verdad es que millones de ciudadanos del imperio no tienen garantizado el pan de cada día. 

El libro también incluye un cuento basado en una nota periodística que ocurrió en Utah. Un indigente de origen mexicano es baleado en un apartamento que allano en una gélida noche de tormenta invernal.

Cuando Lobo hizo el viaje a Colorado, veía los síntomas ubicuos de descomposición social con una mezcla de desesperación y optimismo. Tenia la idea de que las cosas iban mal, pero que eran travesuras del uno por ciento y que, aunque improbables, existen en principio medidas que la sociedad pudiera tomar para enderezar el rumbo. Parece que el problema es más fundamental, y no un efecto accidental y secundario del modelo neo-liberal. La verdad, es que simplemente el ser humano no tiene garantizada una posición de preponderancia en el mundo y la posibilidad de una regresión a un estado animal pre-cultural no es inconcebible.El orden social es el derecho básico, pero no es un derecho natural, sino una convención.

El sistema socio-económico mundial actual esta agotado y no son relevantes consideraciones ideológicas abstractas de capitalismo, socialismo, o istmos circunvecinos. Lo que esta en juego no son solo nociones de igualdad o bienestar compartido, sino, la existencia misma del orden social actual, por no hablar del mismo ser humano. Sin embargo, la realidad ambiental no es algo a lo que se pueda controlar con demagogia. Terminamos creyendo la propaganda del sistema, pero la afectación ambiental es real, y potencialmente catastrófica e irreversible. No se pueden hacer acuerdos, ni definir convenciones con el orden natural, la naturaleza es insobornable.

Se solicitan sugerencias sobre que podemos hacer, no en términos de placebos o dádivas auto-complacientes, sino en cambios profundos del orden social.



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