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jueves, 24 de octubre de 2019

La criminalidad de la población con más de 65 años

El crimen geriátrico en Japón ha aumentado, casi duplicándose desde 2003. Los ancianos ahora representan más delitos de robo en tiendas que los adolescentes allí. En los Países Bajos, un estudio de 2010 reveló un aumento similar en las tasas de arresto y encarcelamiento entre los ancianos.
Estados Unidos, sin embargo, puede estar resistiendo la tendencia. La tasa de delincuencia entre los adultos mayores ha disminuido desde la década de 1980. Si bien la población carcelaria de ancianos ha crecido en los últimos 25 años, debido a penas de prisión más largas por delitos relacionados con drogas, como señala The New York Times.

De acuerdo con el portal de datos IndexMundi, en Japón el 25% de la población está sobre la edad de 65 años, en el Reino Unido 18% sobre la edad de 65 años, en los Países Bajos 18% % es mayor de 65 años. La población de adultos mayores es del 14% en los Estados Unidos.

Factores como los ahorros inadecuados para la jubilación y los costos de la atención médica y la alimentación pueden atraer a la tercera edad al delito. Las emociones, como la soledad, el aislamiento, la depresión, el estrés, la ansiedad, la insuficiencia y el aburrimiento, también pueden desempeñar un papel.

Los Países Bajos concluyeron en un informe que el aumento en la delincuencia antigua puede atribuirse a "factores psiquiátricos, psicológicos, económico-financieros, judiciales y psicosociales".

A medida que las personas continúen viviendo, habrá una población de adultos mayores cada vez más susceptible al crimen.


En las cárceles japonesas, uno de cada cinco reclusos es una persona de la tercera edad. La mitad de las personas mayores fueron detenidas robando en tiendas y viven solos. En un contexto de aislamiento, pobreza y problemas de salud mental, una tendencia a la creciente delincuencia no puede ser más sorprendente que nunca.




por Kike Pérez 
el 12/10/2015 en Mundo

Basta analizar cualquier dato estadístico para darnos cuenta de que los jóvenes encabezan la lista negra de los problemas sociales. Mayor paro y desempleo estacional, alta tasa de criminalidad, accidentes mortales de tráfico, consumo de alcohol y drogas al volante…

Sin embargo se avecina un cambio demográfico sin precedentes, que va a acabar con estas falacias de una vez por todas, y es que nada tienen que ver los años con los problemas sociales.




Japón, uno de los países más longevos del mundo, acaba de anunciar que la criminalidad de la población con más de 65 años ha superado a la criminalidad juvenil en números absolutos.

El año pasado se cometieron 23,000 crímenes por mayores de 65 años en Japón, frente a 20,000 realizados por jóvenes de entre 14 y 19 años.
No parece ser un hecho aislado. En Corea, la criminalidad de personas mayores ha aumentado un 12% en un año, siendo además el 40% de los crímenes cometidos con violencia.

En Holanda las encarcelaciones de ancianos no han dejado de aumentar desde 2010. Mientras tanto, la criminalidad de menores y adultos ha descendido un sorprendente 24% en Reino Unido, a la vez que los delitos cometidos por ancianos aumentaron en un 10%.

Al igual que la criminalidad, muchos de los problemas en los que la juventud se ve inmersa, se suelen justificar bajo la premisa de “la inconsciencia juvenil”. Sin embargo, esto no es cierto, ya que existen datos objetivos que desvinculan el problema con la edad.

Sobre los accidentes de tráfico, por ejemplo, es cierto que la gente joven tiene una mayor mortalidad en carretera, pero también que son ellos los que conducen los vehículos más viejos e inseguros.

Hay quien roba por codicia, pero la mayoría de las personas lo hacen por necesidad. No es de extrañar, por tanto, que la población con mayor paro y desempleo -los jóvenes- y los que menores ingresos por renta perciben -los pensionistas- se vean obligados a delinquir para sobrevivir.

Año tras año, los precios de la cesta de la compra y los gastos fijos por servicios y bienes de primera necesidad aumentan, no así sus pensiones. La crisis no ha hecho más que empeorar la situación.

El aumento en todo en mundo de las tasas de delincuencia en mayores de 65 no resulta extraño, cuando conoces el dato clave: los ancianos son el sector que más se ha empobrecido globalmente a consecuencia de la crisis financiera.

Lo cierto es que la mayoría de los delincuentes de 65 años no son ladrones de bancos ni estafadores, son gente que pasa hambre y que, en muchas ocasiones, tienen personas a su cargo. Prueba de ello es que el delito más común es el hurto en los supermercados.

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