Nube de etiquetas

actitud Africa África Agricultura Alemania Alfonso Reyes América amor antidepresivo Arabia Argentina arte Asia Astronomía Blake Borges Brazil Bush CAINTRA cambio climático Canada canción Cardenal censura Centroamerica Chiapas Chile China chistes cinismo Clima Colombia corrupción Cristo Cuba cuentos cultura depresión Diógenes discriminación dolor Durango ecología Economía Édith Piaf Eduardo Galeano educación emigrantes esclavitud escritura España Español Esperanto Estados Unidos estereotipos estrategia Europa exilio Facebook Facundo Cabral familia Felipe filosofía Francia Gandhi Gates Geografía gobierno Google Grecia griego guerra hábitos Hernando de Alvarado Tezozómoc higiene hijo historia Holanda iglesia impuestos India ingenieros Inglaterra internet Irak Iran Irlanda Israel Italia ITESM Izcoatl JALIL GIBRÁN Japón Jesús Jordania José López Alavés José Martí José Vasconcelos Calderón Joseito Fernandez karate latin lenguaje Leonardo da Vinci ley Libano libertad literatura Machado Maiz Manu Chao Manuel Bernal Marcos Mario Benedetti Mario Vargas Llosa matemática maya medio ambiente mexica México Mictlan Miguel Hernández Miguel León Portilla Mistral mito Mixteca Monterrey muerte música náhuatl Nahuatlaca narcotrafico NASA naturaleza Nervo Nezahualcóyotl Nicaragua Nuevo León Oaxaca Ortografía Otomí Pablo Neruda Palestina Paraguay paz PEDAGOGÍA Persia Perú podcast poder poesía política propaganda Puebla Puerto Rico racismo religión rezo Robert Frost Rodolfo Usigli Roma rusia Sally Davies salud Salvador Novo seguridad Serrat sexo Shakespeare Silvio sistemas Sonora Suiza surrealismo Tamaulipas tecnología Teōtihuácān terrorismo Theodore Roosevelt tolteca Turquia Uruguay Venezuela ventas Veracruz Vermeer vida video violencia Washington Olivetto woods Yahoo

viernes, 1 de agosto de 2014

Frustación

Rubén Mendoza Rodríguez comenta desde Veracruz que ‘‘ante la avalancha de reformas, apabullante, inmisericorde e irreflexiva, permanecemos absortos, impávidos, inamovibles, pasivos, estupefactos y demás sinónimos relacionados; sin duda nuestros legisladores, poseedores de un conocimiento rústico pero efectivo, saben, desde hace mucho, que el mexicano ha dejado de responder a la aplicación constante de estímulos aversivos y contrarios a su bienestar, y acepta lo que le impongan sin chistar.

En mi fuero interno, ante el asalto en despoblado que estamos sufriendo, siento un frenesí que busca salida; me molesto, me enervo, quiero manifestarlo, gritarlo, buscar consensos y luchar en contra; pero después de tanto brinco, surge de mí la sensación de que nada de lo que haga encontrará eco, que nadie me seguirá, que nunca pasaremos de las palabras. ¿Por qué?, ¿acaso forma parte ya de nuestra constitución genética?, ¿necesitaremos, como antaño, un caudillo que nos guíe?, ¿o será sólo cuestión de fuerza de voluntad y amor propio?’’

No hay comentarios.: