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jueves, 1 de mayo de 2014

Había una vez...

Había una vez un hombre, que luego de haberse peleado con su última novia, decidió ir de vacaciones. Se fue en un crucero y lo pasó fabuloso hasta que se hundió el barco. Naufragó en una isla desierta. No había nada, sólo bananas y cocos.

Después de unos 4 meses, estaba sentado en la playa cuando ve que se acerca remando un botecito la mujer más hermosa del mundo. El hombre no lo puede creer y le pregunta: “¿De dónde has venido? ¿Cómo has llegado hasta aquí?” Ella le responde: "Remé desde el otro lado de la isla. Naufragué aquí cuando se hundió el crucero donde iba de vacaciones”. Y el diálogo continúa:
- ¡Qué increíble!¡Qué suerte que tuviste que un bote te llevó a la costa!
- Oh, ¿éste bote? Yo lo hice con materiales de la isla. Los remos fueron hechos de ramas de árboles. Entretejí el fondo del bote con hojas de palmeras y los lados del bote fueron hechos superponiendo hojas de gomeros. Los dos extremos los recubrí con hojas de eucalipto.
- Pero, ¿dónde encontraste las herramientas?
- Ah, eso no fue ningún problema. En el lado sur de la isla hay un estrato muy inusual de roca aluvial a ras del suelo. Lo trituré y quemé los trozos en el horno de barro que me hice. Se convirtió en una especie de hierro dúctil y eso usé para hacer las herramientas.
El tipo queda anonadado. “¿Qué te parece si remamos hasta mi casa?” Le dice ella. Luego de un rato de remar llegan a un pequeño embarcadero. El hombre no puede creer lo que ve. Delante de él hay un camino hecho de piedra que llega a un hermoso bungalow pintado en azul y blanco. Mientras que van caminando hacia la casa, ella dice: “No es nada del otro mundo, pero yo la llamo 'mi casa'. Por favor siéntate. ¿Qué te doy de beber?”, “
- ¡Nada!, gracias. No soportaría tener que tomar jugo de coco una vez más. Es lo único que he bebido en todos estos meses, no lo soporto más.
- ¡Ah!, pero no es jugo de coco. Hice una pequeña destilería. ¿No te gustaría una piña colada?
Tratando de disimular su total asombro, el hombre acepta y se sientan a charlar. Luego de haber charlado un rato y haberse contado sus historias, ella le dice: “Me voy a refrescar un poco y a ponerme algo más cómodo. ¿Te gustaría darte una ducha y afeitarte? Hay un rastrillo en el armario del baño.”
A estas alturas el hombre ya no cuestiona nada. Va al baño y encuentra una navaja muy afilada hecha de hueso de tortuga con un mecanismo de eslabón giratorio. El hombre piensa: "Esta mujer es ¡INCREÍBLE! ¿Que más tendrá para sorprenderme? ” Al volver a la sala, encuentra a la mujer vestida sólo con hojas de vid puestas en lugares estratégicos y oliendo a perfume de gardenias. Ella le pide que se siente a su lado. "Dime", le dice ella muy sugestiva y prácticamente echándosele encima, "Hemos sido náufragos durante muchos meses. Tú has estado muy solitario. Estoy segura que debe haber algo que quieres hacer inmediatamente, AHORA MISMO, ALGO QUE HAS AÑORADO DESESPERADAMENTE " Ella lo mira a los ojos y parpadea. El traga saliva excitadamente y se le empiezan a caer lágrimas por sus mejillas y le dice....





- ¡NO MANCHES!... ¿A POCO TIENES TELE PARA VER EL FUT ?

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