Nube de etiquetas

actitud Africa África Agricultura Alemania Alfonso Reyes América amor antidepresivo Arabia Argentina arte Asia Astronomía Blake Borges Brazil Bush CAINTRA cambio climático Canada canción Cardenal censura Centroamerica Chiapas Chile China chistes cinismo Clima Colombia corrupción Cristo Cuba cuentos cultura depresión Diógenes discriminación dolor Durango ecología Economía Édith Piaf Eduardo Galeano educación emigrantes esclavitud escritura España Español Esperanto Estados Unidos estereotipos estrategia Europa exilio Facebook Facundo Cabral familia Felipe filosofía Francia Gandhi Gates Geografía gobierno Google Grecia griego guerra hábitos Hernando de Alvarado Tezozómoc higiene hijo historia Holanda iglesia impuestos India ingenieros Inglaterra internet Irak Iran Irlanda Israel Italia ITESM Izcoatl JALIL GIBRÁN Japón Jesús Jordania José López Alavés José Martí José Vasconcelos Calderón Joseito Fernandez karate latin lenguaje Leonardo da Vinci ley Libano libertad literatura Machado Maiz Manu Chao Manuel Bernal Marcos Mario Benedetti Mario Vargas Llosa matemática maya medio ambiente mexica México Mictlan Miguel Hernández Miguel León Portilla Mistral mito Mixteca Monterrey muerte música náhuatl Nahuatlaca narcotrafico NASA naturaleza Nervo Nezahualcóyotl Nicaragua Nuevo León Oaxaca Ortografía Otomí Pablo Neruda Palestina Paraguay paz PEDAGOGÍA Persia Perú podcast poder poesía política propaganda Puebla Puerto Rico racismo religión rezo Robert Frost Rodolfo Usigli Roma rusia Sally Davies salud Salvador Novo seguridad Serrat sexo Shakespeare Silvio sistemas Sonora Suiza surrealismo Tamaulipas tecnología Teōtihuácān terrorismo Theodore Roosevelt tolteca Turquia Uruguay Venezuela ventas Veracruz Vermeer vida video violencia Washington Olivetto woods Yahoo

lunes, 15 de agosto de 2011

Nos acostumbramos a vivir

Nos acostumbramos a vivir en departamentos y a no tener otra vista que no sean las ventanas de alrededor.
Y porque no tiene vista, nos acostumbramos a no mirar para afuera.
Y porque no miramos para afuera nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas..
Y porque no abrimos las cortinas nos acostumbramos a encender más temprano la luz.
Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, el aire, la amplitud.
Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde.
A tomar café corriendo porque estamos atrasados.
A comer un sándwich porque no da tiempo para comer a gusto.
A salir del trabajo porque ya es la tarde.
A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.
A esperar el día entero y oír en el teléfono: "hoy no puedo ir".
A sonreír a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta.
A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.
A sentarnos en la fila 1 del cine y torcer un poco el cuello porque estaba lleno.
A mojarnos sólo los pies y sudar el resto del cuerpo porque la playa esta contaminada.
A pensar en el fin de semana porque el trabajo está duro.
A dormir todo el fin de semana porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar la vida.
Que, poco a poco, igual se gasta y que una vez gastada,
por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.

No hay comentarios.: