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sábado, 10 de octubre de 2009

2 de Noviembre: Día de los Muertos

¿Qué es el Día de Muertos?


El Día de Muertos es una celebración anual de raíces prehispánicas y modalidad cristiana, que se lleva a cabo el día 2 de noviembre para conmemorar a los fieles difuntos.


Es muy común encontrar en los hogares mexicanos altares que permanecen varios días, adornados con papel picado y flores de cempasúchil, en los que se colocan, además de velas y veladoras, imágenes de santos o de difuntos y ofrendas consistentes en platillos típicos de la zona.

Esta tradición se basa en la creencia de que en esta época del año las "almas" de los muertos pueden visitar a sus parientes de este mundo; las luces de las veladoras hacen las veces de faros que guían a cada una hasta su altar respectivo, para que al llegar a éste pueda consumir lo que se les ha preparado.

Hoy, al igual que en tiempos prehispánicos, se lleva a cabo esta celebración de manera festiva, pues conlleva la idea de renovación de la fertilidad. Se concede cierta "libertad de carnaval", ilustrada en muchas obras del arte popular, así como en las "calaveras" , pequeños versos satíricos en que los temas centrales son la política y los políticos, los personajes populares y los amigos, siempre acompañados por "la pelona", "la flaca" u otros epítetos de la muerte, que nunca aparece con un tinte macabro.

Además, en esos días se consume "pan de muerto", hogazas de forma semiesférica adornadas con "huesos" y "lágrimas" de la misma pasta; dulce de calabaza y "calaveras" de azúcar que llevan nombres propios y son un regalo común.

¿De dónde viene el Día de Muertos?


Es una tradición proveniente, principalmente, del pueblo azteca. Cada etnia prehispánica tiene connotaciones similares pero interpretaciones diferentes con respecto a la muerte de los hombres.

Los aztecas pensaban que aquellos que morían accidentalmente o por enfermedades incurables, iban a parar a Tlalocán (según Alfonso Caso, una suerte de paraíso terrenal) donde les recibía Tláloc. En ese lugar pasaban la eternidad cazando mariposas , comiendo deliciosos frutos o jugando pelota.

Los mayas, en tanto, creían que al morir tenían que atravesar varios "cielos" hasta llegar a un séptimo donde descansarían en paz. Los incas, por su parte, creían en un equivalente al cielo y al infierno. Los justos llegaban al "paraíso" donde recolectaban las semillas de la vida en un granero eterno; los pecadores arribaban a un gélido inframundo, condenados a comer piedras.

Con el tiempo, el cristianismo, asumiendo algunas tradiciones prehispánicas, sin perder su identidad, trajo la diferenciación entre el día de Todos los Santos (1 de noviembre) y de los Fieles Difuntos (2 de noviembre).

El altar de Muertos


Todos los mexicanos sabemos que los altares de muertos son tradicionales por finales de Octubre y principios de Noviembre, pero no sabemos a ciencia cierta cuáles son los elementos que deben contener :
  • Papel picado de color morado (luto cristiano).
  • Papel picado de color naranja (luto azteca).
  • Flores de cempasúchil (del náhuatl: cempoalxóchitl (flor de 20 o más pétalos).
  • Cuatro velas (indican los cuatro puntos cardinales).
  • Incienso (para alejar a los malos espíritus y para purificar el ambiente).
  • Cruz de ceniza (para purificar el espíritu del muerto).
  • Jarra de agua (por si llega fatigado del camino).
  • Recipiente para lavarse las manos (aguamanil) y toalla.
  • Foto del difunto.
  • Comida que le gustaba al muerto.
  • Pertenencias estimadas por el muerto.
  • Tequila o bebida preferida del muerto.
  • Cuatro banderas de papel picado metidas en naranjas.
  • Pan de muerto.
  • Fruta.
  • Calaveras de azúcar.

Actualmente, el Día de Muertos en México, representa una mezcla de la devoción cristiana con las costumbres y creencias prehispánicas y se materializa en el tradicional altar-ofrenda, una de las tradiciones más mexicanas. El altar-ofrenda es un rito respetuoso a la memoria de los muertos, su propósito es atraer sus espíritus.

Consiste en obsequiar a los difuntos que regresan ese día a convivir con sus familiares, con los alimentos y objetos preferidos por ellos en vida, para que vuelvan a gozar durante su breve visita.

En la ofrenda o altar de los muertos no deben faltar la representación de los cuatro elementos primordiales de la naturaleza.

Tierra,
representada por sus frutos que alimentan a las ánimas con su aroma.
Viento,
representado por algo que se mueva, tan ligero como el viento, empleándose generalmente papel picado o papel de china.
Agua,
un recipiente para que las ánimas calmen su sed después del largo camino que recorren para llegar hasta su altar.
Fuego,
una vela por cada alma que se recuerde y una por el alma olvidada.

En la ofrenda también se coloca sal que purifica, copal para que las ánimas se guíen por el olfato, flor de cempasúchitl que se riega desde la puerta hasta el altar para indicar el camino a las almas. Aquí, siempre hay alguno de la familia esperando la llegada de ellas para demostrarle su respeto y compañía.

Más que una celebración religiosa o pagana (como se quiera tomar) es una forma de acercarnos a una antiquísima costumbre de nuestro hermoso país y de permitirnos convivir con el concepto de la muerte.

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