Nube de etiquetas

actitud Africa África Agricultura Alemania Alfonso Reyes América amor antidepresivo Arabia Argentina arte Asia Astronomía Blake Borges Brazil Bush CAINTRA cambio climático Canada canción Cardenal censura Centroamerica Chiapas Chile China chistes cinismo Clima Colombia corrupción Cristo Cuba cuentos cultura depresión Diógenes discriminación dolor Durango ecología Economía Édith Piaf Eduardo Galeano educación emigrantes esclavitud escritura España Español Esperanto Estados Unidos estereotipos estrategia Europa exilio Facebook Facundo Cabral familia Felipe filosofía Francia Gandhi Gates Geografía gobierno Google Grecia griego guerra hábitos Hernando de Alvarado Tezozómoc higiene hijo historia Holanda iglesia impuestos India ingenieros Inglaterra internet Irak Iran Irlanda Israel Italia ITESM Izcoatl JALIL GIBRÁN Japón Jesús Jordania José López Alavés José Martí José Vasconcelos Calderón Joseito Fernandez karate latin lenguaje Leonardo da Vinci ley Libano libertad literatura Machado Maiz Manu Chao Manuel Bernal Marcos Mario Benedetti Mario Vargas Llosa matemática maya medio ambiente mexica México Mictlan Miguel Hernández Miguel León Portilla Mistral mito Mixteca Monterrey muerte música náhuatl Nahuatlaca narcotrafico NASA naturaleza Nervo Nezahualcóyotl Nicaragua Nuevo León Oaxaca Ortografía Otomí Pablo Neruda Palestina Paraguay paz PEDAGOGÍA Persia Perú podcast poder poesía política propaganda Puebla Puerto Rico racismo religión rezo Robert Frost Rodolfo Usigli Roma rusia Sally Davies salud Salvador Novo seguridad Serrat sexo Shakespeare Silvio sistemas Sonora Suiza surrealismo Tamaulipas tecnología Teōtihuácān terrorismo Theodore Roosevelt tolteca Turquia Uruguay Venezuela ventas Veracruz Vermeer vida video violencia Washington Olivetto woods Yahoo

miércoles, 15 de febrero de 2012

Otomí

 Como ocurre con la mayor parte de los etnónimos empleados para referirse a los pueblos indígenas de México, el término otomí no es nativo del pueblo al que hace referencia. Otomí es un término de origen náhuatl que deriva de otómitl,4 palabra que en la lengua de los antiguos mexicas quiere decir quien camina con flechas,5 aunque autores como Wigberto Jiménez Moreno lo hayan traducido como flechador de pájaros.

Está emparentado lingüísticamente con el resto de los pueblos de habla otomangueana, cuyos antepasados han ocupado la Altiplanicie Mexicana desde varios milenios antes de la era cristiana. Actualmente, los otomíes habitan un territorio fragmentado que va del norte de Guanajuato al sureste de Tlaxcala. Sin embargo, la mayor parte de ellos se concentra en los estados de Hidalgo, México y Querétaro. De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México, la población étnica2 otomí sumaba 646.875 personas en la República Mexicana en el año 2000, lo que les convierte en el quinto pueblo indígena más numeroso del país. De ellos, sólo un poco más de la mitad hablaban el otomí. Al respecto, cabe decir que la lengua otomí presenta un alto grado de diversificación interna, de modo que los hablantes de una variedad suelen tener dificultades para comprender a quienes hablan otro dialecto. De ahí que los nombres con los que los otomíes se llaman a sí mismos son numerosos: ñätho (valle de Toluca), hñähñu (valle del Mezquital), ñäñho (Santiago Mezquititlán en el Sur de Querétaro) y ñ'yühü (Sierra Norte de Puebla, Pahuatlán) son algunos de los gentilicios que los otomíes emplean para llamarse a sí mismos en sus propias lenguas, aunque es frecuente que, cuando hablan en español, empleen el etnónimo otomí, de origen náhuatl.3 

No hay comentarios.: