Nube de etiquetas

actitud Africa África Agricultura Alemania Alfonso Reyes América amor antidepresivo Arabia Argentina arte Asia Astronomía Blake Borges Brazil Bush CAINTRA cambio climático Canada canción Cardenal censura Centroamerica Chiapas Chile China chistes cinismo Clima Colombia corrupción Cristo Cuba cuentos cultura depresión Diógenes discriminación dolor Durango ecología Economía Édith Piaf Eduardo Galeano educación emigrantes esclavitud escritura España Español Esperanto Estados Unidos estereotipos estrategia Europa exilio Facebook Facundo Cabral familia Felipe filosofía Francia Gandhi Gates Geografía gobierno Google Grecia griego guerra hábitos Hernando de Alvarado Tezozómoc higiene hijo historia Holanda iglesia impuestos India ingenieros Inglaterra internet Irak Iran Irlanda Israel Italia ITESM Izcoatl JALIL GIBRÁN Japón Jesús Jordania José López Alavés José Martí José Vasconcelos Calderón Joseito Fernandez karate latin lenguaje Leonardo da Vinci ley Libano libertad literatura Machado Maiz Manu Chao Manuel Bernal Marcos Mario Benedetti Mario Vargas Llosa matemática maya medio ambiente mexica México Mictlan Miguel Hernández Miguel León Portilla Mistral mito Mixteca Monterrey muerte música náhuatl Nahuatlaca narcotrafico NASA naturaleza Nervo Nezahualcóyotl Nicaragua Nuevo León Oaxaca Ortografía Otomí Pablo Neruda Palestina Paraguay paz PEDAGOGÍA Persia Perú podcast poder poesía política propaganda Puebla Puerto Rico racismo religión rezo Robert Frost Rodolfo Usigli Roma rusia Sally Davies salud Salvador Novo seguridad Serrat sexo Shakespeare Silvio sistemas Sonora Suiza surrealismo Tamaulipas tecnología Teōtihuácān terrorismo Theodore Roosevelt tolteca Turquia Uruguay Venezuela ventas Veracruz Vermeer vida video violencia Washington Olivetto woods Yahoo

lunes, 27 de julio de 2009

Ser amargado no es tarea fácil.

Durante nuestra vida experimentamos todo tipo de derrotas: en el trabajo, en nuestras relaciones personales, pérdidas económicas o de afectos que nos causan dolor. Es parte de la condición humana equivocarnos y sentirnos mal.

Cada una de estas enseñanzas, que en un primer momento no parecen tener un para qué, en realidad lo tienen. En nosotros está descubrirlo, y así reestructurarnos emocional e intelectualmente. Aunque también podemos sentirnos derrotados y adoptar el papel de víctimas, para sufrir por sufrir y transcurrir por la vida en un proceso de fosilización emocional, intelectual, relacional y social. Cuando optamos por esta vía, paulatina y progresivamente nos amargamos la existencia y contaminamos con nuestra pesadumbre a las personas que nos rodean. Irónicamente, amargarse la vida no es fácil, requiere de que concentremos nuestras energías para hacer de cada día un infierno. Para lograrlo, hay que seguir estas reglas:



  1. En el momento que escuchamos decir que tenemos al alcance de la mano la posibilidad de ser felices, nuestro primer pensamiento tiene que ser: éste no sabe lo que me sucede, sí tuviera los problemas que tengo, no diría eso; no sé en qué mundo vive. < /li>
  2. Rechazar en forma automática otros puntos de vista, porque hay que tener la convicción de que las cosas tienen que ser como nosotros decimos y no como son. Ver la realidad está prohibido para un arquitecto de su propia desdicha.

  3. Permanecer en el pasado y desde esa posición ver sólo los logros que se obtuvieron por herencia o suerte y minimizar los fracasos y los errores personales. Desde esta añoranza, flagelarse culpando al destino, la naturaleza, los cromosomas y las hormonas, la sociedad, los padres, los parientes o los amigos, por lo que no hemos logrado.

  4. Sí algún amigo o familiar se atreve a insinuar que podríamos intentar poner algún remedio a la situación, hay que rechazar esta propuesta automáticamente y defendernos con estas frases: demasiado tarde, ni modo; así soy y.; a ti qué te importa; mejor ni te metas.

  5. Considerar que "todos" son unos inútiles, no saben ni sirven para nada, que siempre son así y que nunca van a cambiar. Estos son los ingredientes indispensables para vivir aislado y lleno de prejuicios que es donde mejor se desarrolla el hongo de la desdicha.

Seguir estas reglas nos brinda altas posibilidades de que cada día aumente el malhumor, el resentimiento, la amargura y perder lo luminoso de la vida como la amistad, las ilusiones, sueños y proyectos; sentir la lluvia, las caricias, los besos y el rodar de las lágrimas; ver el cielo estrellado, la jacaranda en flor, un niño correr y a nuestro ser amado llegar; tocar la corteza del árbol, construir la libertad de pensamiento y de elección, asumir la responsabilidad por ser parte de una familia, una empresa, una ciudad y de esta forma, descubrir que más allá de nosotros mismos, hay alguien a quien servir y amar.

La Compañía del Vidrio
The Glass Company
http://www.vitro.com/