Histeria Colectiva
Juan María Naveja Diebold / 23 de octubre, 2013SALEM, Massachusetts. Es asombroso pensar en los espeluznantes juicios de brujería que ocurrieron aquí. Al recorrer la pintoresca feria que convierte al pueblo en un constante día de brujas durante el mes de octubre el folclor y la leyenda son caricaturizados en los atuendos y parafernalia; en las instituciones de gobierno, escuelas y comercios usan sombreros y escobas como logotipos; y hay servicios de sortilegio en cada esquina para cualquier encanto que le plazca a los miles de turistas que vienen a revivir el relato de Las Brujas de Salem.
En verdad es una historia difícil de creer, e incluso difícil de explicar. Durante el año 1692 se ejecutaron 28 personas en el pueblo de Salem por la práctica de actos de magia. En el invierno previo a los juicios infames, Elizabeth Parris, hija del pastor del pueblo y su prima, Abigail Williams comenzaron a mostrar síntomas, como gritar sonidos peculiares y contorsionarse en posiciones extrañas que el doctor describió como sobrenaturales al no poder explicarlos.
Los juicios de Salem en realidad fueron provocados por motivos aún más aterrizados que psicosomáticos. El pueblo había estado plagado de problemas entre vecinos en los años anteriores a las acusaciones en los que había peleas fuertes y sin arbitraje sobre límites de propiedad en terrenos, derechos de pastaje y privilegios eclesiásticos; sumado a las amenazas que acabarían por terminar con el Calvinismo de los Puritanos que creían en dedicar su vida por completo a Dios. La magia solo fue el teatro que se usó para expresar los conflictos que tenían enterrados.
Todos los días me sorprendo de las agresiones y actitudes que leo en redes sociales y publicaciones formales y que escucho en círculos privados y foros abiertos. Ignoramos que tenemos más en común con cualquier otro ser humano que lo que tenemos diferente y elegimos concentrarnos en lo que amenaza nuestras creencias que en lo que las fortalece. Por ejemplo, todos los años se presenta la crítica de celebrar Halloween en México por la amenaza que presenta al Día de Muertos, cuando ampliamente se complementan; quizás este año festeja lo que se te dé la gana y deja que los demás hagan lo mismo. Pongámonos a pensar en todas las convicciones que tenemos, sobre todo las más radicales, y escuchemos los contrargumentos de al menos alguna con la apertura de cambiar de opinión. Estamos más cercanos de andar persiguiendo “brujas” de lo que parece…
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