Pero en todos los casos el común denominador es que los menores buscan siempre buscan pasar desapercibidos. "No viajaron juntos los 60.000 que están en Estados Unidos, van poco a poquito; uno por aquí, otro por acá", explica Solalinde.
"Los que van solos aprenden a sortear todo tipo de peligros, pero otras veces tal vez alguien los llevaba y los deja a la mera hora, o puede ser que sus padres los acompañaron y estando en la frontera los dejan ir solos. La verdad es que nadie tiene la respuesta exacta".
Muchos de estos niños tienen derecho a solicitar refugio, pero las autoridades no lo conceden. En 2013, por ejemplo, de los 9.893 menores que fueron detenidos por el INM, sólo a 50 se les concedió asilo, asegura el activista.
Así, para la mayoría de estos menores su única alternativa es viajar al norte; por eso buscan superar los obstáculos en su camino. El flujo no se detiene, recuerda el sacerdote Solalinde.
"Son casi 60 mil niños que ya están en Estados Unidos, nadie los vio. Pero los que siguen pasando, ¿dónde están?".
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