Por
Elaine Sciolino
(28-Abr-2012).-
PARÍS - Los franceses se toman muy en serio "le talk show". El choque de ideas ha sido parte de la identidad nacional de Francia durante siglos, y el intelectual -casi cualquiera con un aire de seriedad y la confianza para opinar sobre cualquier tema en tres puntos- goza de un estatus especial en la sociedad y un lugar prominente en la televisión.
"Para ustedes los estadounidenses, el deporte nacional es el futbol americano; para nosotros los franceses, es la charla", afirmó Philippe Labro, un columnista, novelista, ensayista y guionista, cuyo programa "No Nos Mientan" se transmite los miércoles por la noche en Direct 8. "Hablamos, criticamos, discutimos. Te pedimos que compartas tu caso, y luego tratamos de hacerte pedazos".
Hubo una época en que "le talk show" significaba "Apostrophes", una charla en vivo en horario estelar entre un autor y el conductor, Bernard Pivot. Una aparición en su programa, que duró 15 años hasta 1990, podía convertir a un fracasado literario en un "best seller".
Hoy, más de una veintena de "talk shows" compiten en las televisoras nacionales y de cable, y en línea, con niveles enormemente diferentes de amabilidad y combatividad. Muchos hacen hincapié en lo que Alain Minc, el consultor y alguna vez asesor del Presidente Nicolas Sarkozy, llama el sello distintivo de un verdadero intelectual: una "profunda superficialidad".
Intimidar a colegas invitados antes de que empiece la justa es algo esperado. "¿Por qué está usted aquí, madame?", preguntó un veterano filósofo de televisión a una periodista estadounidense que hacía su debut en un programa. (De acuerdo, la pregunta fue a mí.)
Algunos tienen un aire de otra época, como el respetable "Está al Aire", con Yves Calvi, todas las noches de entre semana en el canal France 5. La mayoría de sus invitados son hombres blancos mayores de 50 años con opiniones políticas del mainstream. (En el 2010, sólo el 10 por ciento fueron mujeres.)
El caótico "Esta Noche o Nunca" incluye entre 8 y 10 invitados sentados en incómodas sillas translúcidas de plexiglás iluminadas en blanco. En un programa reciente, se les preguntó a los invitados si las encuestas políticas son confiables, si los reporteros de guerra son necesarios, y si "El Artista" se merecía tantos Óscares.
El más cerebral de los programas es "28 Minutos" de la cadena Arte, un encuentro cinco veces a la semana con cinco intelectuales.
"Somos iconoclastas de la televisión", dijo Elisabeth Quin, la conductora. "Nuestro objetivo es iluminar, llevar a la reflexión, encontrar vínculos entre las artes y las ciencias, y enriquecer la vida intelectual francesa".
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